Nos levantamos temprano y como apenas deshacimos la maleta, tardamos poco en salir del hotel. Pedimos un taxi y salimos directos al aeropuerto. El trayecto, la verdad, se hizo muy largo y no solo porque pillamos un atasco brutal en la autopista… Aproveché para ‘conocer’ Busan a medida que avanzábamos. Pronto salimos de la ciudad y pasamos por una zona menos urbanizada, algo industrial previo a la llegada al aeropuerto. El aeropuerto, o al menos la terminal de vuelos internacionales, es chiquitita. Entre terminales hay un monorraíl (como en muchos otros aeropuertos) que vimos pasar cuando llegamos.
Entramos en el edificio y es tan pequeño que con un vistazo general, abarcas todo lo que hay, desde una sola tienda de souvenirs a alguna cafetería pasando por los mostradores de facturación. Mientras Aless se ponía a mirar souvenirs, yo desayuné. En cuanto se abrió el mostrador, lo habitual, facturamos las maletas, nos dirigimos a la zona de control y de aduanas. Pasamos la prueba fácil y rápidamente y nada más cruzar dicha zona, y al igual que en la entrada, con una sola mirada logras abarcar toda la terminal. Empezando por la izquierda, tienes un convini, varias puertas de embarque, la minizona de tiendas duty free, más puertas de embarque y una triste cafetería. Nuestra puerta estaba a la izquierda y casi cerca del convini. Para gastar las últimas monedas que pude, compré algo más de desayuno y plim plam, para adentro xD. Cuál fue mi sorpresa cuando decidí moverme un poco más y descubrí que encima de la zona de control por la que acabábamos de pasar y subiendo unas escaleras, llegaría a una zona con wifi gratis y, además, con Pcs gratis y vacíos.
Me adueñé de uno durante un rato pero al ser temprano (y por lo tanto, muy tarde en España), no había apenas movimiento, así que me aburrí rápidamente. Fueron pasando los minutos y por fin llegó la hora de embarcar. Aquí me gustó lo que se montó. Las azafatas de tierra nos dispusieron en dos filas ordenadas y sin empujones ni nada. Sorprendente!! Cada fila correspondía a la mitad de los asientos, la parte de delante y la de detrás. Nadie se peleaba por ser el primero en subir. Todo fue como en el cole cuando nos hacían desfilar para ir a clase. Subimos al avión y a partir de aquí, fue lo de siempre. Volamos en JAL Express, no era muy grande el avión pero tenían pantallita y creo que nos dieron algo de comer. El vuelo pasó en un plis plas. Aterrizamos en Narita y fue triste ver como estaba diluviando…
A partir, lo normal de estas cosas, nada así a destacar, todo muy tranquilo, maletas ok. Salimos a buscar el tren. A mí se me había encaprichado coger el Skyliner, el que tarda solo 36 minutos en llegar. Aunque a Aless no le apetecía, la convencí porque estábamos cansados del vuelo, era tarde y la incomodidad de ir en el lento aunque más barato, la gran diferencia de tiempo y la lluvia. Cuando llegó el tren a la estación, tuve un ligero error de cálculo y donde creí que pararía nuestro vagón, en realidad paró mucho más adelante, por lo que tuvimos que correr, maletas en ristre, para llegar. A medio camino, decidimos subirnos para seguir por dentro pero la carrera que nos pegamos fue tremenda. Por fin sentados en nuestros sitios, la verdad es que luego llegamos a tener un vagón entero para 3 personas que fuimos.
El tren es muy silencioso, rápido, amplio, limpio, cómodo, etc. Sobre la puerta de enfrente, hay una pantalla que te muestra la visión de una cámara que hay en el morro del tren por lo que puedes ver hacia donde se dirige. Vale unos 1200Y si no ha cambiado aunque nosotros también pillamos el ticket de Nippori a Minamisenju que era donde estaba nuestro hotel. Llegamos en apenas media hora a Nippori, hicimos transbordo y en apenas 10 minutos más estábamos en la estación de Minamisenju. Cuando estábamos a punto de salir a la calle, empezó a caer una nevada considerable aunque no llegaba a cuajar en el suelo. Buahhh, nevando en Tokio!!! ^___^ Como no teníamos ningún tipo de protección, decidimos esperar un rato a ver si amainaba. Pero no, aquello no parecía parar así que decidimos coger un taxi, ya que había una parada justo al lado. La verdad es que encajar 2 maletones y 2 maletitas fue difícil y hasta imposible. Al final, las maletitas vinieron con nosotros en los asientos del taxi. Pena de visillos tan limpios xDDD…
Llegamos al Hotel Juyoh, check-in y pa’ la habitación japonesa. Una twin no deja de ser dos individuales juntas gracias a tirar el tabique y bloquear una de las puertas pero al menos era una hab. más ancha de lo que había visto en los vídeos de Gus pero claro, no la teníamos llena de frikadas akihabarienses xDDD… Lo único que recuerdo de esa noche era que se estaba mejor en la hab. que fuera y pasamos de salir a dar una vuelta. Eso sí, una visita al ofuro del ático no faltó y la verdad es que nos sentó muy bien a los dos (a pesar de estar hirviendo esa noche, las demás ya no). Estábamos finalmente en Japón.